Por: Orostad
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poesiaenversos.blogspot.com
Infiernos de silencio,
avivado; el sollozo
y las lagrimas del poeta,
derramadas por la eternidad,
por la ninfa, por la modernidad.
¡OH! Modernidad
que te empeñas en desequilibrar las emociones.
que presentas lucha a
la vida;
te refugias en la tristeza y en la depresión:
De tu hostilidad, frialdad e industrialización.
¡MODERNIDAD! ¡MODERNIDAD!
¿Sí es posible que Renoir y Klimt estuviesen, ya, desquiciados?
¿que en la transición de la centuria la vida perdiera su
luz?
Y ¿maravilla?
En la modernidad el hombre asesino a Dios,
y la luz del sol se escondió
tras las eternas nubes grises
- para nunca mas salir.
Y te corresponde a ti,
Hombre,
Heredero del cielo, Dios encarnado,
¡Hijo de Dios hecho hombre!
Resurgir de las sombras de la vida, del gris de la monotonía,
En tu corazón;
Al dios externo que tanto buscas; el mismo que Mao y Nietzsche ejecutaron.
Te corresponde a ti;
Encarnar en tu sonrisa al sol;
Y llevar la alegría,
naciente en la vida;
Portándola en tu mano y en tu risa,
la escondida simpatía que la transmite,
sin ninguna inmunidad.